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Partido Comunista del Ecuador Comité Provincial de Pichincha
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¿Quiénes Somos?

Somos el Comité Provincial de Pichincha del Histórico Partido Comunista del Ecuador, la Organización de Ricardo Paredes Romero, Jesús Gualavisí, Dolores Cacuango, César Endara, Joaquín Gallegos Lara, Newton Moreno, Tránsito Amaguaña, Oswaldo Albornoz Peralta, Neptalí Ulcuango, Enrique Gil Gilbert, Edwing Pérez y de Gustavo Iturralde. Somos el Partido de las Clases Populares, de los Obreros y Campesinos, de los Pequeños y Medianos Comerciantes y Emprendedores Nacionales. Somos el Organismo Político Natural del Pueblo Ecuatoriano siempre presente en sus Luchas por construir una Sociedad con Verdadera Justicia Social.
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viernes, 11 de marzo de 2016

postheadericon OPTIMIZACIÓN O FLEXIBILIZACIÓN CAPITALISTA



Como parte del nuevo paquetazo jurídico, como ya se hizo antes, nombres rimbombantes para leyes que son exactamente lo contrario de su título, son unos lobos jurídicos con piel de oveja, de la misma manera que se hizo con la ley de “Justicia Laboral” que sirve para la mayor injusticia y atraco a la seguridad social, ahora el Ejecutivo presenta a la Asamblea con el carácter de “urgente” el Proyecto de una denominada “Ley Orgánica para la Optimización de la Jornada Laboral y Seguro de Desempleo”, lindo nombre para optimizar la jornada en favor de los empresarios, haciendo creer que es en favor de los trabajadores, y ayudarles durante 5 meses a los trabajadores, con su propio dinero cuando los empresarios les expulsen al desempleo.

Después de que los trabajadores han luchado durante décadas, en el mundo, en contra de la flexibilización laboral, de que ha sido bandera de siempre de los revolucionarios y después de que fue bandera de campaña del actual gobierno, hoy mediante esta ley se decreta en el Ecuador una nueva forma de acentuar la explotación, con la desfachatez de que en el discurso se afirma que el ser humano está sobre el capital y que en este país capitalista se ha terminado la explotación. Gigantesco insulto a la inteligencia humana, que solo puede ser aceptado agachando la cabeza por Asambleístas y Ministros, y con beneplácito por la burguesía empresarial.

La jornada de trabajo que es el tiempo del día durante el cual el trabajador labora en una empresa o institución, está constituida por dos segmentos o períodos, uno denominado de tiempo de trabajo necesario, y otro denominado de tiempo de trabajo adicional. En ese primer período de su jornada de trabajo el trabajador produce lo necesario para reproducir su vida y la de su familia y se expresa monetariamente mediante el salario, y en el otro período de esa misma jornada diaria, produce un excedente en mercancías que son apropiadas por el empresario capitalista, que las comercializa en su beneficio y se constituye en la plusvalía. Sólo los trabajadores en el proceso productivo producen plusvalía, no la fantasía de los economistas burgueses de que la plusvalía es producida por las casas y terrenos. Es el Nobel de la economía burguesa criolla que los inmuebles producen plusvalía.

En un primer momento del desarrollo capitalista, solo era posible incrementar la plusvalía incrementado la jornada de trabajo, de manera que el tiempo de trabajo necesario se mantenía y el tiempo de trabajo adicional o excedente se incrementaba y con ello la plusvalía; entonces se imponían jornadas laborales de 12, 14, 16 horas para obtener más plusvalía que es la ley económica fundamental del sistema capitalista, la producción de plusvalía. Aquellos tiempos fueron superados por la lucha cruenta de los trabajadores en todo el mundo desde hace unos 200 años, logrando reducciones parciales en las legislaciones hasta llegar a establecer las jornadas de 8 horas diarias; pero también esa reducción de la jornada se debe al desarrollo de la ciencia y la tecnología aplicados a la producción, que es parte del desarrollo de las fuerzas productivas, como resultado de las cuales, lo que antes producía un trabajador en 14 o en 16 horas, ahora lo puede hacer en 8. Es como comparar lo que se produce en un telar manual de madera y una maquina textil computarizada.

Hoy los trabajadores en 6 horas pueden producir lo que antes en 8, y el empresario continuará ganando, apropiándose de una parte del trabajo, en forma de plusproducto que se constituirá en plusvalía. Cada vez que se incrementa ciencia y tecnología a la producción, se está incrementando la productividad del trabajo, los trabajadores está produciendo mucho más en la mismo unidad de tiempo y por lo tanto están generando una mayor ganancia o plusvalía para el capitalista, para el empresario, y entendido así, el tema de la matriz productiva es también una política tendiente a incrementar la plusvalía de los empresarios, para un mayor fortalecimiento del sistema capitalista, que según las afirmaciones del actual gobierno es lo que más nos conviene a los ecuatorianos un “capitalismo moderno”.

Ante esto debemos adicionar la presencia de las crisis, que como la que estamos atravesando ahora, y que no quieren reconocer, que las crisis son periódicas e inherentes, propias del sistema capitalista, y que para eliminar las crisis hay que eliminar al sistema capitalista, pero como eso no está en el plan de la revolución (léase involución) ciudadana, entonces es preferible no hacer olas y guardar silencio. No hay crisis, he dicho!!!

Históricamente las crisis periódicas o cíclicas del sistema capitalista (difundimos en días pasados 4 artículos sobre las crisis capitalistas)* han sido cargadas sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo, siempre ha sido así, ya que los gobiernos responden a los intereses de la burguesía que es la clase dominante en el sistema capitalista de cualquier país, y se establecen en consecuencia políticas con el nombre de anti crisis, para salir de esta etapa difícil, de este período de vacas flacas, que tienen como objetivo que los empresarios, que la burguesía o la derecha, salgan bien librados, que no tengan las menores pérdidas, que no sientan la crisis, mientras los trabajadores enfrentan las peores condiciones físicas, psicológicas y laborales. La historia del mundo es testigo de ello, sólo miremos los recientes casos de España y de Grecia por ser lo más bullados pero no los únicos. Miremos solo la historia capitalista del siglo XX y sus crisis.

Este tipo de políticas no es más que la demostración de que el capital está sobre el trabajo, de que se legisla en favor del empresario, pero se hace aparecer como lo contrario, que es en beneficio de los trabajadores, pues se afirma descaradamente y en público que no bajaran los salarios, afirmación engañosa, pues si la hora de trabajo se mantiene en un dólar la hora, no es lo mismo llevar a la casa 8 dólares que 6 y si dicen que recibir 6 en lugar de 8 no es rebajar, vuelven a insultar la inteligencia humana, bajo el supuesto de que todos somos ovinos y lo vamos a aceptar.

Otro de los engaños es cuando se dice: “Art. 47.1.- En casos excepcionales, previo acuerdo entre empleador y trabajador o trabajadores, la jornada de trabajo referida en el artículo 47 podrá ser disminuida, hasta un límite de treinta hora semanales, siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones:…” Condiciones cuyo juez y verdugo es el propio gobierno mediante el Ministerio de Relaciones Laborales, entiéndase patronales, aunque ya es de conocimiento público.

Ese acuerdo entre explotados y explotador solo es posible cuando se cree en la idiotez de que en el Ecuador capitalista el ser humano está sobre el capital y esta es la demostración de que no es así, ya que es obvio que si el empresario pone la alternativa de irse a la casa o trabajar 6 horas con la remuneración correspondiente solamente a esas seis horas, los trabajadores tendrán que aceptarlo para prolongar la muerte de hambre, aunque la gran alternativa que nunca se nos ocurrió a los trabajadores, pero que lo afirmó públicamente el Presidente “los que se queden sin trabajo pueden vivir con la tarjeta de crédito”, también por esto se debería reconocer otro Nobel de Economía.

Pero la ley ni siquiera establece todas las reglas de juego, sino que deja para que funcionarios subalternos al servicio de la burguesía completen la tarea como mejor les parezca pues el Art. 47.2. que se refiere a la “Jornada prolongada de trabajo” dice que estas se podrán pactar “de acuerdo a la normativa que dicte el Ministerio rector del Trabajo”, para que se labore en jornadas que excedan las ocho horas diarias, siempre que no supere el máximo de 40 horas semanales ni de diez al día, en horarios que se podrán distribuir de manera irregular en los cinco días laborables de la semana, nuevamente se permite toda discrecionalidad y carga horaria en favor del capital.

A nadie le quepa duda de que todo esto tiene el más loable de los objetivos, de los intereses y el “buen vivir” de los empresarios, a costa y costilla de los trabajadores. Pero no es todo, se pretende también lesionar en el mismo sentido a todo el pueblo, cuando se propone en las modificaciones al contrato de trabajo juvenil, que el Estado asumirá el pago de la seguridad social de los jóvenes que ingresan al ejército de obreros, asumiendo con el dinero de todos la responsabilidad que la debe asumir el empresario, señores empresarios no gasten su dinero que yo cubriré esa deuda con el dinero de todos, mientras pretende hacer eso, no tiene para pagar a los contratistas del Estado, a los Gobiernos Autónomos Descentralizados, a la Sociedad de lucha contra el cáncer, SOLCA, para la atención a personas con enfermedades catastróficas, y si algún momento necesita el IESS como lo ofrecieron en la ley, de donde van a sacar, se pone de moda la pregunta popular de ¿Dónde está la plata? No es suficiente con decir “soy economista y sé lo que hago”.

Esto es parte de la economía política y el papel del Estado en el sistema capitalista, asumir las deudas de la burguesía con los recursos de todo el pueblo, cargar el pesado fardo de la crisis en los hombros de los trabajadores, mientras la burguesía sólo lleva el maletín con los fajos de billetes, y después nos dicen que los trabajadores andamos con la derecha.

En esta nueva embestida en contra de los trabajadores, se inscriben también los futuros trabajadores, aquellos que les dicen que son el presente de la patria y a pesar de decir que es el gobierno de los jóvenes, los estudiantes universitarios que hacen sus pasantías, serán privados del justo reconocimiento que tenían hasta hace poco, reconocimiento que lo tenían amparados en la ley desde 1995, viene la “revolución” y les va quitando.

El Art.7 de la antigua Ley de Pasantías en el Sector Empresarial decía: “Los pasantes recibirán como pensión de pasantía mensual, una cantidad no inferior a la del salario mínimo sectorial fijado por la Comisión de Salarios Mínimos para la rama de actividad que corresponda a la carrera que cursa el pasante o, de no haberlo, por el salario o sueldo mínimo sectorial similar a otra carrera. Además de dicho salario la pensión comprenderá el valor mensualizado equivalente de los siguientes componentes salariales: Compensación por el Alto Costo de la Vida, Bonificación Complementaria, Décimos Tercero, Cuarto, Quinto y Sexto Sueldos, y Compensación por Transporte. Dicha pensión se la fijará en proporción al horario de labores con relación a la jornada laboral completa. Además, los pasantes serán obligatoriamente afiliados al régimen de seguridad social y gozarán de treinta días de vacaciones anuales con derecho a percibir una pensión completa de pasantía”.

Ese artículo es sustituido por el siguiente: “La duración de las pasantías será regulada por el organismo rector de la Educación Superior y no podrá prolongarse sin generar relación de dependencia, por más de seis meses. Durante el tiempo que dure la pasantía podrá acordarse la cancelación de cualquier tipo de estipendio, sin embargo, en todos los casos se deberá aportar en su totalidad por parte de la empresa lo correspondiente a la afiliación sobre un mínimo equivalente al salario básico unificado vigente”.

Cómo pueden defender lo indefendible, a los jóvenes casi profesionales, que están por terminar su educación superior les mete la mano al bolsillo el “gobierno de los jóvenes”. En este caso las organizaciones de universitarios y de jóvenes, no tiene el derecho a reclamar, tienen la obligación de hacerlo. ¿Acaso queremos una juventud que la apaleen, que la exploten, que no le paguen, que le metan la mano al bolsillo y que agache la cabeza y se mantenga callada y sumisa? Daría vergüenza de organizaciones juveniles en esas condiciones. No podemos formar jóvenes castrados.

Con el nombre de “Optimización” como es costumbre se hace lo contrario a lo que se dice, y lo que se hace es una flexibilización laboral para acentuar la explotación a los trabajadores antiguos, a los nuevos trabajadores y a los que pretenden trabajar. En la sabatina del 20 de febrero del 2016, hace pocos días escuchamos: “Jamás permitiremos la explotación a nuestros trabajadores”. Pónganle el calificativo que corresponda y saquen sus propias conclusiones.

Lisímaco Velasco.


*Nota: Los artículos sobre las <<crisis capitalistas>> a los que se refiere el autor serán subidos más adelante.

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